viernes, 30 de julio de 2010

SAN PEDRO CRISOLOGO (400 - 450)


Crisólogo: "orador áureo, excelente".
Fiesta: 30 de julio. Arzobispo de Ravenna, Italia.
Doctor de la Iglesia

Famoso por su prédica ungida.
Nació alrededor del año 380 en Imola, en la Emilia, y entró a formar parte del clero de aquella población. El año 424 fue elegido obispo de Ravena, e instruyó a su grey, de la que era pastor celosísimo, con abundantes sermones y escritos. Murió hacia el año 450.

Vida de San Pedro Crisólogo-Butler, Vida de los Santos, editado con datos adicionales, SCTJM
SAN PEDRO nació en Imola, en la Emilia oriental. Estudió las ciencias sagradas, y recibió el diaconado de manos de Cornelio, obispo de Imola, de quien habla con la mayor veneración y gratitud. Cornelio formó a Pedro en la virtud desde sus primeros años y le hizo comprender que en el dominio de las pasiones y de sí mismo residía la verdadera grandeza y que era éste el único medio de alcanzar el espíritu de Cristo.

Elegido Obispo de Ravena - 433 AD.Según la leyenda, San Pedro Crisólog fue elevado a la dignidad episcopal de la manera siguiente: Juan, el arzobispo de Ravena, murió hacia el año 433. El clero y el pueblo de la ciudad eligieron a su sucesor y pidieron a Cornelio de Imola que encabezase la embajada que iba a Roma a pedir al Papa San Sixto III que confirmase la elección. Cornelio llevó consigo a su diácono Pedro. Según se cuenta, el Papa había tenido la noche anterior una visión de San Pedro y San Apolinar (primer obispo de Ravena, que había muerto por la fe), quienes le ordenaron que no confirmase la elección. Así pues, Sixto III propuso para el cargo a San Pedro Crisólogo, siguiendo las instrucciones del cielo. Los embajadores acabaron por doblegarse. El nuevo obispo recibió la consagración y se trasladó a Ravena, donde el pueblo le recibió con cierta frialdad. Es muy poco probable que San Pedro haya sido elegido en esta forma ya que el emperador Valentiniano III y su madre, Gala Placidia, residían entonces en Ravena y San Pedro gozaba de su estima y confianza, así como de las del sucesor de Sixto III, San León Magno.

Cuando San Pedro llegó a Ravena, aún había muchos paganos en su diócesis y abundaban los abusos entre los fieles. El celo infatigable del santo consiguió extirpar el paganismo y corregir los abusos. Se distinguió por la inmensa caridad e incansable vigilancia con que atendió a su grey, exponiéndoles con suma claridad doctrinal la palabra de Dios. Escuchaba con igual condescendencia y caridad tanto a los humildes como a los poderosos.

En la ciudad de Clasis, que era entonces el puerto de Ravena, San Pedro construyó un bautisterio y una iglesia dedicada a San Andrés.

En el siglo IX, se escribió una biografía de San Pedro que da muy pocos datos sobre él. Alban Butler llenó esa laguna con citas de los sermones del santo. Se conservan 176 homilías de estilo popular y muy expresivas. Son todas muy cortas, pues temía fatigar a sus oyentes. Explican el Evangelio, el Credo, el Padre Nuestro y citas de santos para imitación y exaltación de las virtudes del verdadero cristiano. En una homilía define al avaro como "esclavo del dinero", mientras que para el misericordioso el dinero es "siervo".

Sus sermones, al lector moderno, no le parecerán modelos de elocuencia. Pero la vehemencia y la emoción con que predicaba a veces le impedía seguir hablando. Aunque el estilo oratorio de San Pedro no sea perfecto si es, según Butler "exacto, sencillo y natural". Una vez mas se demuestra que la capacidad persuasiva de los santos no depende de elocuencia natural sino en la fuerza del Espíritu Santo que toca, por medio de ellos, a los corazones.
San Pablo: "Y me presenté ante vosotros débil, tímido y tembloroso. Y mi palabra y mi predicación no tuvieron nada de los persuasivos discursos de la sabiduría, sino que fueron una demostración del Espíritu y del poder para que vuestra fe se fundase, no en sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios." (I Corintios 2:3-5)

San Pedro predicó en favor de la comunión frecuente y exhortó a los cristianos a convertir la Eucaristía en su alimento cotidiano. Sus sermones le valieron el apelativo "crisólogo" (hombres de palabras de oro") y movieron a Benedicto XIII a declarar al santo doctor de la Iglesia, en 1729.

Sumisión a la fe Eutiques, archimandrita de un monasterio de Constantinopla escribió una circular a los prelados más influyentes, entre ellos a San Pedro Crisólogo. Les hacía una apología sobre la doctrina monofisita (una sola naturaleza en Cristo) en la víspera del Concilio de Calcedonia. Pedro le contestó que había leído su carta con la pena más profunda, porque así como la pacífica unión de la Iglesia alegra a los cielos, así las divisiones los entristecen. Y añade que, por inexplicable que sea el misterio de la Encarnación, nos ha sido revelado por Dios y debemos creerlo con sencillez. Exhorta a Eutiques a dirigirse al Papa León, puesto que "en el interés de la paz y de la fe no podemos discutir sobre cuestiones relativas a la fe sin el consentimiento del obispo de Roma". Eutiques fue condenado por San Flavio el año 448.

Final de su vidaEse mismo año, San Pedro Crisólogo recibió con grandes honores en Ravena a San Germán de Auxerre; el 31 de julio, ofició en los funerales del santo francés, y conservó como reliquias su capucha y su camisa de pelo. San Pedro Crisólogo no sobrevivió largo tiempo a San Germán. Habiendo tenido una revelación sobre su muerte próxima, volvió a su ciudad natal de Imola, donde regaló a la Iglesia de San Casiano varios cálices preciosos. Después de aconsejar que se procediese con diligencia a elegir a su sucesor, murió en Imola, el 31 de julio del 451 (otras fuentes: el 3 de diciembre del 450), y fue sepultado en la iglesia de San Casiano.
Oracion a San Pedro Crisólogo
Líbrame, Pedro divino, por tu caridad y amor hoy salgo yo en el camino. Te pido San Pedro que tan sólo al invocarte cuando me vea atribulado siempre estés de mi parte. En cualquier peligro grande en cualquier tribulación, por donde quiera que yo ande Pedro, esté tu protección. San Pedro Crisólogo, ruega por nosotros para que, como tú, amemos la verdad y la demos a conocer.
Amén

jueves, 29 de julio de 2010

SANTA MARTA


Escrito por Mons. Enrique Díaz Díaz Miércoles, 28 de Julio de 2010 19:25
Evangelio del día, Santa Marta

Jeremías 18, 1-6
“Como está el barro en manos del alfarero, así ustedes están en mis manos”
Salmo 145
¡Dichoso el que espera en el Señor!
San Juan 11, 19-27
“Creo firmemente que tú eres el Mesías, el hijo de Dios”

Hay santos a los que nos se les ha hecho justicia en la apreciación de los fieles y me parece que Santa Marta es una de ellos. Con frecuencia nos quedamos en esa especie de reproche que le hace Jesús cuando se afana en las atenciones por servirlo, y ciertamente Jesús la invita a que vaya a lo más profundo y escoja la mejor parte. Pero no podemos olvidar que Marta es una mujer privilegiada que se ha encontrado con Jesús, que lo ha hospedado en su casa, que le ha abierto el corazón y que tiene la suficiente confianza para presentar sus inquietudes con toda sencillez y así recibir las indicaciones de Jesús.


¡Cómo deberíamos aprender de esta mujer! Necesitamos abrir nuestros hogares para recibir al Señor… pues si ella se desvivía por atenderlo y revoloteaba por todas partes buscando darle un servicio, ahora nosotros revoloteamos por todos lados pero ocupados en miles de menesteres que nada tienen que ver con hospedar a Jesús en nuestro corazón.


Marta siempre aparece en evangelio en esta actitud de apertura y hospitalidad, pero hoy San Juan nos narra otro episodio que también refleja el grado de confianza y de amistad que había entre Jesús y esta familia. El dolor que causa la muerte, la tristeza que provoca la ausencia, son compartidas por Jesús. Ahora también Marta expresa una especie de reclamo que dicta la amistad: “Si hubieras estado aquí, no habría muerto mi hermano”. Como si Jesús no pudiera actuar desde lejos, o como si dudara de su amor. Pero Jesús aprovecha nuevamente la ocasión para enseñar una verdad más profunda: el valor de la vida eterna y de la resurrección. Y parece que no hablara solamente de una resurrección inmediata, pues Lázaro nuevamente moriría físicamente, sino de la resurrección definitiva.


Así las enseñanzas a Marta también son enseñanzas para cada uno de nosotros. La invitación a buscar lo que realmente es importante y a fortalecer nuestra fe en la resurrección, son las dos enseñanzas que nos deja su gran ejemplo. Hoy recibamos también la pregunta de Jesús: “¿Crees tú esto?”, y también nosotros respondamos: “Sí, Señor. Creo firmemente que tú eres el Mesías”

martes, 27 de julio de 2010

SAN PANTALEON

Médico mártir de 29 años de edad
275 - 305 +
Fiesta: 27 de julio

Pantaleón significa en griego "el que se compadece de todos".

Médico nacido en Nikomedia (actual Turquía). Fue decapitado por profesar su fe católica en la persecución del emperador romano Diocleciano, el 27 de julio del 305.

Lo que se sabe de San Pantaleón procede de un antiguo manuscrito del siglo VI que está en el Museo Británico. Pantaleón era hijo de un pagano llamado Eubula y de madre cristiana. Pantaleón era médico. Su maestro fue Euphrosino, el médico mas notable del imperio. Fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia.

Conoció la fe pero se dejó llevar por el mundo pagano en que vivía y sucumbió ante las tentaciones, que debilitan la voluntad y acaban con las virtudes, cayendo en la apostasía. Un buen cristiano llamado Hermolaos le abrió los ojos, exhortándole a que conociera "la curación proveniente de lo más Alto", le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor.

En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano en Nicomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto con Hermolaos y otros dos cristianos. El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro fueron condenados a ser decapitados.
San Pantaleón murió mártir a la edad de 29 años el 27 de julio del 304. Murió por la fe que un día había negado. Como San Pedro y San Pablo, tuvo la oportunidad de reparar y manifestarle al Señor su amor.

Las actas de su martirio nos relatan sobre hechos milagrosos: Trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole una espada. Con la ayuda del Señor, Pantaleón salió ileso. Luego permitió libremente que lo decapitaran y de sus venas salió leche en vez de sangre y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho floreció al instante. Podría ser que estos relatos son una forma simbólica de exaltar la virtud de los mártires, pero en todo caso, lo importante es que Pantaleón derramó su sangre por Cristo y los cristianos lo tomaron como ejemplo de santidad.

En Oriente le tienen gran veneración como mártir y como médico que atendía gratuitamente a los pobres. También fue muy famoso en Occidente desde la antiguedad.

Se conservan algunas reliquias de su sangre, en Madrid (España), Constantinopla (Turquía) y Ravello.

lunes, 26 de julio de 2010

JOAQUIN Y ANA

Abuelos de Jesús

Martirologio Romano: Memoria de san Joaquín y santa Ana, padres de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, cuyos nombres se conservaron gracias a tradición de los cristianos.
Una antigua tradición, datada ya en el siglo II, atribuye los nombres de Joaquín y Ana a los padres de la Virgen María. El culto aparece para Santa Ana ya en el siglo VI y para San Joaquín un poco más tarde.
La devoción a los abuelos de Jesús es una prolongación natural al cariño y veneración que los cristianos demostraron siempre a la Madre de Dios.

La antífona de la misa de hoy dice: "Alabemos a Joaquin y Ana por su hija; en ella les dio el Señor la bendición de todos los pueblos". La madre de nuestra Señora, la Virgen Maria, nació en Belén. El culto de sus padres le está muy unido. El nombre Ana significa "gracia, amor, plegaria".
La Sagrada Escritura nada nos dice de la santa. Todo lo que sabemos es legendario y se encuentra en el evangelio apócrifo de Santiago, según el cual a los veinticuatro años de edad se casó con un propietario rural llamado Joaquín, galileo, de la ciudad de Nazaret. Su nombre significa "el hombre a quien Dios levanta", y, según san Epifanio, "preparación del Señor". Descendía de la familia real de David. Moraban en Nazaret y, según la tradición, dividían sus rentas anuales, una de cuyas partes dedicaban a los gastos de la familia, otra al templo y la tercera a los más necesitados.
Llevaban ya veinte años de matrimonio y el hijo tan ansiado no llegaba. Los hebreos consideraban la esterilidad como algo oprobioso y un castigo del cielo. Se los menospreciaba y en la calle se les negaba el saludo. En el templo, Joaquin oía murmurar sobre ellos, como indignos de entrar en la casa de Dios. Joaquín, muy dolorido, se retira al desierto, para obtener con penitencias y oraciones la ansiada paternidad Ana intensificó sus ruegos, implorando como otras veces la gracia de un hijo. Recordó a la otra Ana de las Escrituras, cuya historia se refiere en el libro de los Reyes: habiendo orado tanto al Señor, fue escuchada, y asi llegó su hijo Samuel, quien más tarde seria un gran profeta.
Y así también Joaquín y Ana vieron premiada su constante oración con el advenimiento de una hija singular, Maria. Esta niña, que había sido concebida sin pecado original, estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado. Desde los primeros tiempos de la Iglesia ambos fueron honrados en Oriente; después se les rindió culto en toda la cristiandad, donde se levantaron templos bajo su advocación. Aunque el culto de la madre de la santísima Virgen Maria se había difundido en Occidente, especialmente desde el siglo XlI, su fiesta comenzó a cen el siglo siguiente.

Día de los Abuelos






La ancianidad, una etapa valiosa y frágil que reclama protección.

Después de los 70, surgen nuevas necesidades médicas y pastorales para seguir a estas personas que afrontan: la pérdida del cónyuge, la pérdida del papel social, la pérdida de los amigos; están en una situación de fragilidad tanto física como espiritual.

Una fragilidad en riesgos

Esta fragilidad es la que nos lleva a hablar de atención pastoral aborda un concepto de salud muy amplia: una atención adecuada que responda también a estas nuevas circunstancias y retos que se viven al final de la vida.







Conmemorando a los Santos Joaquín y Ana celebramos el día de los Abuelos. Con tal motivo compartimos nuestro hogar para poder conocer a nuestras Abuelas.
Feliz Día!

sábado, 24 de julio de 2010

17° Domingo durante el año

JESUS ENSEÑA A ORAR
Lucas 11, 1-13

Este Evangelio es una catequesis sobre la oración cristiana. Tanto el discípulo como la comunidad necesitan orar. Lucas recoge aquí el talante, el estilo, la forma y el espíritu que debe impregnar la oración del cristiano.

Jesús oraba con frecuencia. De hecho, el tercer evangelista así nos lo presenta en varias oraciones. La escena de hoy es una de ellas “Jesús estaba orando”. Los discípulos no han participado en la oración de Jesús, pero sienten la necesidad de tener unas formas de orar parecidas a las de Juan Bautista: “Enséñanos a orar como Juan enseñó a sus discípulos”. Éste ya había hecho escuela; Jesús todavía no.

Los discípulos quieren unas formulas ritualizadas, que den solidez e identidad al grupo que se está constituyendo. La oración de Jesús, o no la comprenden o no la comparten (no le piden que les enseñe a orar como El lo hace). Quieren aprender unas formas como las que Juan enseñó a sus discípulos. Pero Jesús les enseña una oración nada ritualizada, llena de confianza y de compromiso personal. “Cuando oren digan: Padre…” Inaugura una forma de orar inaudita.
La oración judía oficial se realizaba en el templo, el lugar de dios por excelencia. Jesús convierte el sitio donde se encuentra en “lugar” adecuado para la oración.

Por primera vez hay alguien que se dirige a Dios con confianza filial: “Padre”. Jesús introduce un cambio profundo en la relación de los hombres y mujeres con Dios. Todas las religiones incluyendo la religión judía, rezaban a un Dios lejano al que trataban de aplacar. Jesús sustituye el temor por el amor y la verticalidad para la horizontalidad. ¡Dios es Padre”.

No se trata de una fórmula que haya que repetir de memoria. De hecho, el texto paralelo de Mt 6, 9-13 muestra que los primeros cristianos se expresaban diversamente. El Padrenuestro es la expresión de una actitud, de un estilo de vida identificada y enamorada del proyecto de Dios más que una oración ritual.

Resume las convicciones y deseos que deben aparecer en nuestra oración: la invocación a Dios como Padre, y una existencia invadida por el deseo de un mundo diferente; confianza y compromiso

La oración de los hijos de Dios
En la oración de Jesús encontramos la correcta relación entre Dios y nosotros, entre lo que esperamos (cielo) y lo que vivimos (tierra), entre lo religioso y lo político manteniendo la unidad del único proceso. La primera parte hace referencia a la causa de Dios, la segunda parte hace referencia concierne a la causa del hombre. Entre ambas constituyen la única oración de Jesús, la verdadera oración cristiana. Dios no se interesa sólo de lo que es suyo –el nombre, el reinado, la voluntad divina-, sino que se preocupa también por lo que es del hombre –el pan, el perdón, la tentación, el mal-. Igualmente, el hombre no sólo tiene en cuenta lo que le preocupa para poder vivir –el pan, el perdón, la tentación, el mal-, sino que se abre también a lo concerniente a Dios Padre –la santificación de su nombre, la llegada de su reinado, la realización de su voluntad-. En la oración de Jesús, la causa de Dios no es ajena a la causa del hombre, y la causa del hombre no es extraña a la causa de Dios. Lo que Jesús unió –la preocupación por nuestras necesidades- nadie debería separarlo.

La realidad implicada en el Padrenuestro es extremadamente conflictiva. En ella chocan el reinado de Dios y el poder del mal. Si nos fijamos bien, el Padrenuestro tiene que ver con todas las grandes cuestiones de la existencia personal y social del ser humano de todos los tiempos. El centro lo ocupa Dios juntamente con el hombre necesitado. Es una hermosa lección. Hay que ensanchar la mente y el corazón allende nuestro pequeño horizonte. Cuando la pasión por Dios se articula con la pasión por el hombre, cuando la pasión por el cielo se une a la pasión por la tierra, el Padrenuestro se nos revela como la oración de la revelación integral, como la oración de los hijos de Dios.

La insistencia en la oración como toma de conciencia filial y comunitaria
La segunda parte contiene una parábola. Dios es comparado a un “amigo” a quien otro amigo acude de noche, a una hora intempestiva, para pedirle unos panes. Gracias a la insistencia, aquél terminará por dárselos. También Dios, dice Jesús, hará lo mismo. Hay que “pedir”, “buscar”, “llamar”, con la seguridad de que “se recibe lo que se pide”, “se encuentra lo que se busca” y “se abren las puertas cuando se llama”. Esta triple insistencia implica una confianza y búsqueda total.

A continuación Jesús pone una serie de ejemplos, sacados de la vida cotidiana, para remachar la bondad y el amor de Dios, que es el fundamento de la oración. Y concluye con una frase lapidaria: “Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus niños, ¡cuánto más el Padre del cielo dará Espíritu Santo a los que lo piden”. A diferencia de Mt 7, 11 (que habla de “dará cosas buenas”), Lucas explicita que el don por excelencia es el “Espíritu Santo” o sea, lo mejor de Dios.
Aprender a orar
El síntoma y fenómeno puede ser éste: casi sin darnos cuenta vamos llenando nuestra vida de cosas, actividad, preocupaciones y evadiéndonos calladamente de Dios. Siempre tenemos otra cosa más importante que hacer, algo más urgente o más útil. ¿Cómo ponerse a orar cuando uno tiene tantas cosas en que ocuparse? Y hemos terminado por “vivir bastante bien” sin necesidad de orar.

Y sin embargo, necesitamos orar. No es posible vivir nuestra fe cristiana y nuestra vocación humana sin orar. A orar sólo se puede aprender desde la necesidad, desde el descubrimiento del amor y la fidelidad de Dios, pues la experiencia nos dice que nosotros no somos fieles. Ese Dios que nos es fiel no suprime nuestros sufrimientos, ni resuelve nuestros problemas, pero “una cura de oración” nos puede ofrecer la paz y la luz que necesitamos para situar las cosas en sus verdaderas dimensiones y da a nuestra vida un verdadero sentido. Ahora bien, dios no es una conquista sino un regalo. “Quien busca lo halla, quien pide lo recibe y al que llama se le abre”

Aprender el Padrenuestro
Hemos recitado tantas veces el Padrenuestro y, con frecuencia, de manera tan mecánica y superficial, que hemos terminado por vaciarlo de su hondura y novedad. Se nos olvida que esta oración nos la ha regalado Jesús como la plegaria que mejor recoge lo que El vivía en lo más íntimo de su ser y la que mejor expresa el sentir de sus verdaderos discípulos.
Cuándo tiene sentido rezar el Padrenuestro.

Cuando somos conscientes de que “el mundo gime con dolores de parto”, “Cuando percibimos que “la humanidad aguarda impaciente que se revele lo que serán los hijos de Dios”, “Cuando proclamamos que “a los que habitan en tierra y en sombra de muerte les ha brillado una luz”, “Cuando nos sentimos movidos por Jesús y por el Espíritu a decir con atrevimiento: ¡Padre nuestro!

P. Daniel

17° Domingo durante el año (PowerPoint)

En relación al Evangelio de este Domingo 17° durante el año, compartimos esta reflexión del Padre Nuestro Sevillano, interpretada por el grupo Español Siempre Así.

(Click en la imagen para descargar el PowerPoint)


INFORMACION:
El 01/01/2007, el grupo Siempre Así lanzó su trabajo, “La Misa de la Alegría”

Sevilla, España - El grupo sevillano Siempre Así acaba de lanzar su nuevo proyecto, titulado "La Misa de la Alegría". Se trata del décimo disco de estudio del grupo, y ha sido editado por Warner Music. La producción corre a cargo de Óscar Gómez, que produjo en su día la Misa Campesina nicaragënse, y de Rafa Almarcha, de Siempre Así. "La Misa de la Alegría" es un viaje espiritual por España, África y Latinoamérica, que sigue fielmente la estructura de la Misa católica, y que incluye una gran variedad de ritmos y "colores" musicales. Así, se mezclan las clásicas rumbas corales del grupo sevillano con ecos cubanos, centroamericanos y africanos.La grabación se ha llevado a cabo en Sevilla, Madrid, Dakar y Managua. En esta última ciudad se ha registrado la colaboración del mítico Carlos Mejía Godoy, que tan popular se hiciera en España en los años 70 con su grupo Los de Palacagüina.

En la página oficial del álbum, http://www.lamisadelaalegria.org/, se pueden encontrar un vídeo con la entrevista al grupo y cómo se hizo la grabación del disco."La Misa de la Alegría" es un proyecto valiente y solidario, que sorprenderá: “Hace tiempo que no se hacía un disco de este tipo. Como cristianos, católicos y practicantes, los miembros de Siempre Así nos planteamos la necesidad de expresarnos a través de nuestra música”, ha dicho Rafa Almarcha.

Como su propio nombre indica, la alegría es la nota dominante de esta obra, concebida para ser escuchada dentro y fuera de los templos.

San Francisco Solano


Francisco Solano, llamado "el Taumaturgo del nuevo mundo", por la cantidad de prodigios y milagros que obtuvo en Sudamérica, nació en 1549, en Montilla, Andalucía, España. Estudió con los Jesuitas, pero entró a la comunidad Franciscana porque le atraían mucho la pobreza y la vida tan sacrificada de los religiosos de San Francisco. Cuando llegó a Andalucía la peste del tifo negro, San Buenaventura se contagió y murió luego se contagió también Francisco y creyó que ya le había llegado la hora de partir para la eternidad, pero luego, de la manera más inesperada, quedó curado. Con eso se dio cuenta de que Dios lo tenía para obras apostólicas todavía más difíciles.

Pidió a sus superiores que lo enviaran de misionero al Africa, pero no fue aceptada su petición. Poco después, el rey Felipe II pidió a los franciscanos que enviaran misioneros a Sudamérica.


Finalmente y para alegría suya, Francisco fue el elegido para la misión de extender la religión en estas tierras. Fray Francisco Solano recorrió el continente americano durante 20 años predicando, especialmente a los indios. Pero su viaje más largo fue el que tuvo que hacer a pie, con incontables peligros y sufrimientos, desde Lima hasta Tucumán (Argentina) y hasta las pampas y el Chaco Paraguayo. Más de 3,000 kilómetros y sin ninguna comodidad. Sólo confiando en Dios y movido por el deseo de salvar almas.
Fray Francisco llegaba a las tribus más guerreras e indómitas y aunque al principio lo recibían al son de batalla, después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles. Estando el santo predicando en La Rioja (Argentina) llegó la voz de que se acercaban millares de indios salvajes a atacar la población. El peligro era sumamente grande, todos se dispusieron a la defensa, pero Fray Francisco salió con su crucifijo en la mano y se colocó frente a los guerreros atacantes y de tal manera les habló (logrando que lo entendieran muy bien en su propio idioma) que los indígenas desistieron del ataque y poco después aceptaron ser evangelizados y bautizados en la religión católica. El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra. Y en los sitios que visitaba divertía muy alegremente a sus oyentes con sus alegres canciones.
Un día llegó a un convento donde los religiosos eran demasiado serios y recordando el espíritu de San Francisco de Asís que era vivir siempre interior y exteriormente alegres, se puso a cantarles y hasta a danzar tan jocosamente que aquellos frailes terminaron todos cantando, riendo y hasta bailando en honor del Señor Dios.
San Francisco Solano misionó por más de 14 años por el Chaco Paraguayo, por Uruguay, el Río de la Plata, Santa Fe y Córdoba de Argentina, siempre a pie, convirtiendo innumerables indígenas y también muchísimos colonos españoles. Su paso por cada ciudad o campo, era un renacer del fervor religioso.
Un día en el pueblo llamado San Miguel, estaban en un toreo, y el toro feroz se salió del corral y empezó a cornear sin compasión por las calles.


Llamaron al santo y éste se le enfrentó calmadamente al terrible animal. Y la gente vio con admiración que el bravísimo toro se le acercaba a Fray Francisco y le lamía las manos y se dejaba llevar por él otra vez al corral. Por orden de sus superiores, Fray Francisco pasó sus últimos días en la ciudad de Lima predicando y convirtiendo pecadores.

Murió en su habitación el 14 de julio de 1610. Se dice que durante toda esa noche, la gente pudo ver una rara iluminación brotar de la habitación.

viernes, 23 de julio de 2010

San Chárbel Makhlouf

San Chárbel nació en Líbano, en un pueblo llamado Beqa-Kafra, el ocho de mayo de 182
Su nombre de bautizo era José.

Su padre se llamaba Antonio Makhlouf y su madre Brígida Coudiac. Tuvieron varios hijos. José era el quinto. Su familia era humilde, trabajadora y admirable en su fe cristiana.

José siempre tuvo un fascino por la oración, por permitirle una mayor proximidad e una mejor comunicación con Dios.

Tal era su amor al Creador que a los 23 años, después de madurar mucho su decisión, huyó de casa (tal vez por temor a que lo detuvieron) y se hizo monje religioso de la Orden Maronita de San Antonio. Ahí cambió su nombre para Chárbel, en homenaje a su patrono, un santo mártir de Edesa con el mismo nombre.

En sus dos primeros años de noviciado, conoció la nueva manera de vivir enteramente para Dios y ejercitó el conocimiento de la santa regla.

Guió su vida tiendo como principios el silencio, el trabajo, la penitencia y la obediencia. Siempre hacia lo que le mandaban. A tal punto que un día que construía un horno, el superior, de broma, le dijo que no tenían leña y que la carne humana atizaba más y mejor el fuego. Entonces, Chárbel se apuró mucho y acercándose al horno dijo: “Dios me de la fuerza para cumplir las órdenes de la obediencia”.

A los 31 años recibe la ordenación sacerdotal. Celebraba las misas con una enorme pasión, ya que a través de la Eucaristía y de las oraciones mantenía y desarrollaba la amistad con su Mejor Amigo.

Chárbel tenía un gran deseo de estar solo en comunicación con Dios, deseaba retirarse a un lugar solitario, de ermitaño, para dedicarse a la oración, a la contemplación, a la penitencia. Lo logró después de mucha persistencia para con sus superiores, subiendo a la montaña de Annaya.
Se cuentan varios milagros aún en vida. Con el agua que bendecía, curó a muchos enfermos y hasta salvó gran parte del territorio de Annaya de una plaga de langostas. También curó a animales y plantas.

Se murió el 25 de diciembre de 1898.Tenía entonces 70 años. Se enfermó de hemiplejia cerebral, padeciendo de violentos dolores.

“Estando tendido el cuerpo del santo en la capilla, Fray Elías Demehrainy entró para rezar el Rosario. Salió disparado a llamar al superior: un potente rayo de luz salía del sagrario hasta el ataúd de Chárbel”.

Mismo después de sepultado, su cuerpo seguía emanando luz y libertaba una exudación rojiza que curó a varias personas enfermas (ciegos, paralíticos, personas con enfermedades mentales, cancerosos…). Además tenía un olor muy agradable. Fueran nueve las veces que exhumaron a su cadáver para intentar encontrar una explicación lógica para lo sucedido. La última exhumación ocurrió en 1965.En esta fecha continuaba sumergido en este misterioso liquido.

Grandes milagros en cadena surgieron por todas partes.

En 1977, a nueve de octubre, el Papa Paulo VI lo canonizó.

miércoles, 21 de julio de 2010

Nos habla nuestro Padre Obispo:

Artículo de monseñor Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús (periódico diocesano, 18 de julio de 2010)

En estos días, los senadores han aprobado el “matrimonio homosexual” poniéndolo como equivalente al matrimonio heterosexual. El clima, habiéndose enrarecido por distintas razones, ha concluido con esta aberración positivista. ¿Quiénes han ganado y quiénes han perdido?

Pienso que, objetivamente, todos. La sociedad ha perdido. Habiendo ganado una “batalla” se ha perdido en la verdad y en el juicio, precipitándose vertiginosamente en una nueva modalidad, sin precedentes, hacia una “nueva sociedad”, hacia un camino, superficialmente se dice, de madurez democrática, civil, imponiendo el interés de una minoría al de la mayoría.

Ya veremos las consecuencias. No me gusta ser profeta ni agorero de calamidades, pero si fuéramos sinceros, reconoceríamos que hemos perdido todos.

Se ha usado un lenguaje muy procaz, grosero y superficial. Se ha planteado el tema como una puja de poderes, como si eso fuera lo más importante. Los medios han contribuido parcialmente, con una intencionalidad muy abierta y disolvente.

Nadie se hará cargo de lo que estoy diciendo, pero la realidad lo va a mostrar.
Nadie excluye la opción particular de la orientación sexual. Nadie juzga a ninguna persona por su opción. Los temas de la herencia y de los servicios sociales, pueden ser garantizados por otras vías, nadie lo ha negado.

Se ha hipotecado el presente y el futuro de nuestras familias argentinas.
Se ha declarado y se enseña a los jóvenes a que cualquier orientación sexual es lo mismo y se ha eliminado la diferenciación sexual, reduciendo lo natural a la mera experiencia de lo positivo, de lo cultural, de lo relativo.

¿Qué se le va a enseñar a los pequeños? ¿Cómo se los va a educar? Se los ha llevado a una verdadera desprotección. Se ha eliminado el derecho natural del ser hombre y del ser mujer. No quisiera estar en el pellejo de aquellos legisladores que se han dejado presionar y de los otros que se han retirado del recinto, vaya uno a saber las razones…

Se ignoró el derecho natural. Se asumió como criterio el relativismo. Todo, pero todo, está permitido democráticamente.

Habrá que permitir que un padre se case con su hija. Qué un tío se case con su sobrina o mejor aún, que un tío se case con su sobrino y que un padre se case con su hijo, para quitar de cuajo toda definición y todo impedimento, ya que estos “discriminan”.
Pobre país, hemos perdido todos.

Se ha endilgado a la Iglesia Católica su responsabilidad de ser oscurantista e inquisidora. No es verdad. La verdad se vive y se ofrece, no se impone. Pero tampoco se la manipula.
Todos hemos perdido.
El buen Dios nos siga iluminando y nos haga vivir estos desafíos, purificándonos y llevándonos a vivir de convicciones, de una formación y de una educación, que no deberá dar lugar a ningún tipo de duda.

El Dios de la esperanza nos seguirá hablando a cada uno y a todos. Por más que haya papeles y permisos la verdad no se tapará jamás. Para unos, para otros y para todos. Y ningún sector, incluido nosotros, tiene el monopolio de la verdad. Pero la verdad no es relativa y ella es lo que es. La objetividad es la garantía del bien obrar.

El Santo Padre Benedicto XVI dice que la promoción de la verdad moral en la vida pública requiere un esfuerzo constante para fundamentar la ley positiva sobre los principios éticos de la ley natural. Referirse a ella fue considerado en el pasado algo evidente, pero la onda del positivismo en la doctrina jurídica contemporánea exige una reafirmación de este axioma importante. Los individuos, las comunidades y los estados sin la guía de verdades morales objetivas, serían egoístas y sin escrúpulos, y el mundo sería un lugar peligroso para vivir (a las autoridades civiles y diplomáticas, Chipre, 5 de junio de 2010).

Finalizo diciendo con la alegría que nos da el Señor: no tengan miedo, yo he vencido el mundo. Yo estoy con ustedes siempre. Que la Virgen nuestra Señora de la Asunción nos proteja y nos ayude a vivir como testigos convencidos y con entusiasmo nuestras próximas fiestas patronales diocesanas.

Mons. Rubén O. Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús
Avellaneda, 18 de julio de 2010

martes, 20 de julio de 2010

Día del Amigo


Para todos los amigos de la Fundación Di Pasquo les enviamos nuestro saludos y gratitud por estar siempre junto a nosotros.

Esto es lo que se ama en los amigos...
... conversar y reir juntos, obsequiarnos
con mutuas benevolencias;
bromearnos unos a otros y leer en
compañía libros agradables;
disentir a veces sin odio ni querella,
como cuando el hombre discute consigo
mismo, y condimentar con esos raros
disentimientos una estable concordia,
enseñarnos algo unos a otros, o aprender
algo unos de otros,
echar de menos con dolor ausentes
y recibirlos con alegría a su regreso.
Con éstos y otros parecidos signos de
afecto, de esos que salen del corazón
cuando las gentes se quieren bien y que
se manifiestan por los ojos, por la
palabra, por la expresión del rostro y
de mil otros modos gratísimos, las almas
se funden como al fuego, y de muchas
se hace una.

San Agustín (354-430)
Confesiones. Libro 4, cap.8

domingo, 18 de julio de 2010

Para iluminar el Evangelio:


"Entre las muchas formas de acercarse a la Sagrada Escritura, hay una privilegiada a la que todos estamos invitados: la Lectio divina o ejercicio de lectura orante de la Sagrada Escritura. Esta lectura orante, bien practicada, conduce al encuentro con Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús -Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de Dios y al testimonio de Jesús-Señor del universo. Con sus cuatro momentos: lectura, meditación, oración y conteplación...."

Ap 6.1.2 n°249

sábado, 17 de julio de 2010

16° DOMINGO DURANTE EL AÑO

UNA VISITA DE JESUS EN CASA DE MARTA Y MARIA
Lucas 10, 38-42

El que tiene muchas experiencias tiene siempre mucho que contar. Jesús cuenta sus experiencias y proyectos en el anuncio del Reino de Dios. Marta y María le escuchan y formulan sus preguntas: cuándo va a llegar, cómo va a implantarse, cómo se puede pertenecer a El… Así pasó el tiempo y por la tarde se dieron cuenta de que tenían hambre. ¡Y no había nada preparado!

…Este episodio ha servido en multitud de ocasiones, para contraponer oración y acción, vida contemplativa y vida de compromiso, dedicación de las cosas espirituales y preocupación por las cosas materiales. Y se ha hallado afirmar que la oración, la contemplación y las cosas espirituales son superiores, o sea, la mejor parte. Tal interpretación es hacer una mala lectura del texto. Ni la contraposición de lo arriba mencionado, ni la afirmación de la superioridad de la contemplación sobre la acción se desprende de este texto evangélico.

Sin embargo, hay una afirmación clara: “María ha escogido la parte mejor”. De María se precisa que “se sentó a los pies del Señor para escuchar sus palabras”. Como un discípulo ante el maestro, escucha con atención el mensaje de Jesús. De Marta se dice “que lo recibió en su casa”. Es también discípula. Pero Lucas puntualiza: “Marta en cambio, se afanaba en los muchos quehaceres del servicio”. Y está tan segura de sí misma y tan predispuesta a juzgar su conducta de los demás que se arredra ante la situación y planta a cara de Jesús: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en la tarea?”. El celo de buena cumplidora, de sentirse dueña y señora (“Marta” significa en arameo “señora”), la impele a involucrar a Jesús para hacer que su hermana se deje de cuentos y haga lo que ella hace. Jesús responde a la queja de Marta con una severa advertencia: “Marta, Marta, te inquietas y te pones nerviosa por tantas cosas…!. Sólo una es necesaria. María ha escogido la mejor parte”. Escuchar, acoger, gozar con la novedad del mensaje de Jesús, ésa es la mejor parte. María ha comprendido la buena noticia que trae Jesús y quiere empaparse de ella. Marta, como los Doce, es discípula de Jesús, pero sigue atada a la Ley, al cumplimiento, a lo que ella cree, a las múltiples imposiciones, a la responsabilidad como única forma de ser fiel, a lo de siempre, no ha descubierto todavía la novedad del mensaje de Jesús.
Marta es prototipo de la persona atareada que siempre tiene mil cosas para hacer. Vive atrapada en su tarea. Se desvive, se siente segura, se cree en posesión de la verdad, pero es esclava de su propio estilo de vida, cerrado a la novedad y carente de alegría. A pesar de tener a Jesús en su casa, no ha descubierto la novedad de su mensaje. María es la otra cara de la moneda. Espera y busca novedad para su vida. Por eso está a los pies del Señor, queriendo aprender a ver la vida desde esa nueva perspectiva que El proclama y comunica. Ha escogido ser discípula y dejarse moldear, vivir a la escucha y creer en la Buena Noticia liberadora de Jesús.

Siempre se han dado y se darán diferentes maneras de entender el cristianismo, de acoger a Jesús. Y todas pueden ser válidas si responden al Evangelio, si nos llevan a ser discípulos como El quiso que fuéramos. No se reprocha en este pasaje la “caridad o el servicio a los demás” de Marta, sino su ansiedad, inquietud y nerviosismo y su posesión de la verdad. No se dice tampoco que María viviera ajena a los problemas de la vida, o despreocupada de sus responsabilidades, sino que “se puso a escuchar las palabras de Jesús”. La conclusión actual de este Evangelio puede ser: Hay que ser contemplativos en la acción y activos en la contemplación. Todo es consecuencia de la acogida que prestemos al Señor.

Necesitamos aprender el arte de escuchar. Necesitamos hacer silencio, curarnos de tanta prisa, desprendemos de tanto agobio, detenernos despacio en nuestro interior, sincerarnos con nosotros mismos, sentir la vida a nuestro alrededor, sintonizar con las personas, escuchar la llamada silenciosa de Dios. No se trata de buscar el silencio por el silencio, sino de reencontrarnos a nosotros mismos, enraizarnos más sinceramente en nuestro ser y, sobre todo, escuchar al que es la fuente de la vida. Dedicar un tiempo de nuestra vida a estar sencillamente en silencio, a la escucha de nuestro trajín, a la escucha de las alegrías y tristezas de los demás y a captar la ternura de Dios, puede ser una experiencia de renacimiento gozoso.
Con frecuencia nuestra oración está tan llena de peticiones, preocupaciones e intereses que nos resulta difícil encontrarnos con el mensaje y la ternura del Dios vivo. Y, sin embargo, lo que cambia y renueva nuestro corazón es la comunicación con el Dios de la novedad y de la vida.

Hoy, apenas nos damos cuenta del carácter revolucionario del comportamiento de Jesús ante la mujer, atentando contra las costumbres más venerables de aquella sociedad. Es sintomático que Lucas, al hablar de los Doce discípulos de Jesús, recuerde que le acompañaban también mujeres: “le acompañaban los Doce y algunas mujeres”, y ahora, tras la designación y envió de los setenta y dos discípulos, nos vuelva a recordar el discipulado de Marta y María. Rompiendo los prejuicios y costumbres anteriores de mantener a la mujer al margen de las Escrituras, Jesús las acepta entre sus discípulos y seguidores, en una actitud nueva e inaudita para un rabino judío.
Todavía hoy, tenemos mucho que aprender de la praxis y comportamiento de Jesús, tanto a nivel institucional –social y eclesial- como a nivel personal. Y es que cualquier tipo de discriminación y marginación, a las que seguimos siendo tan propensos, atenta contra el nuevo proyecto de relaciones humanas que se inaugura con la llegada del Reino. El relato evangélico de hoy nos recuerda que para Jesús el sexo nos es la línea divisoria para acoger y trabajar por el Reino. Quienes apelan a ello siguen aferrados a leyes y costumbres antiguas y están lejos de entender su mensaje. El Reino de Dios trae y pide un nuevo tipo de relaciones personales, sociales y eclesiales.

En tiempos de Jesús, los maestros de la ley juzgaban que no tocaba a las mujeres profundizar en las enseñanzas de la ley de Dios. Esto era tarea y responsabilidad de los hombres. María, con la complacencia del Señor, quiebra esa norma. Sentada a sus pies, ella reclama su derecho a ser discípula, a conocer directamente, de labios de Jesús, la Buena Nueva.

Marta no lo entiende, vive atareada con los muchos quehaceres de casa. y cuando busca apoyo en Jesús no lo encuentra. El Señor le critica más bien ese estar prisionera de lo que ella considera su papel propio de mujer y dueña de la casa. Le llama a que rompa con esa concepción que sitúa a la mujer en condición de persona confinada a los trabajos caseros. Como mujer tiene derecho también a otras preocupaciones. Marta como María, debe reivindicar y ocupar plenamente su lugar en tanto que discípula del Señor. Se trata de un derecho no reconocido plenamente todavía a la mujer en la Iglesia.

Con sus gestos y palabras, Jesús libera a la mujer de una concepción que la mantiene en una situación de segundo plano, de simple ama de casa. La amistad –que supone siempre igualdad- de Jesús con Marta y María hace que éstas se encuentren a sí mismas como personas. Una lección para hoy, tanto para la sociedad civil como para la Iglesia.

Redescubrir la hospitalidad será uno de esos valores entrañables que cada vez tiene menos presencia en la sociedad moderna. Nuestras ciudades se han convertido en espacios inhóspitos. Nuestras viviendas parecen fortalezas inaccesibles. Seguridad, puertas, llaves… Se ha perdido aquella imagen de nuestras casas abiertas a los vecinos, a los de la calle. Se ha perdido un gran valor… El Evangelio nos presenta hoy a la familia de Betania como símbolo y paradigma de la mejor hospitalidad. Esta virtud, tan humana y social, no es sólo para atender necesidades materiales. Como en el caso de Jesús en Betania, es para conversar, dialogar, intercambiar opiniones, ayudarse y establecer lazos de auténtica amistad. Cuando esto sucede, la hospitalidad –tan humana y social- es también buena noticia, Evangelio experimentado.

viernes, 16 de julio de 2010

El corazón de nuestra Fundación

La fuerza de esta tarea fecunda la realizamos imitando las actitudes de Jesús, teniendo siempre a la Eucaristía como fuente y cumbre de todo nuestro apostolado. La cercanía afectuosa, el escuchar, el ser solidario, compasivo y justo nos hacemos partícipes de compartir como Jesús lo hizo.


Por eso, siempre nos sentimos convocados a seguir ofreciéndonos día a día a que todos puedan tener una vida digna y plena para todos los que nos rodean.

El amor a Jesús Eucaristía "nos atrae hacia sí y nos hace entrar en su dinamismo hacia Dios y hacia el prójimo".


Nuestra capilla es el lugar de encuentro de todos los días. Es nuestra casa, donde celebramos ese encuentro con el Señor como el acontecimiento pleno de nuestras vidas, donde el canto se hace oración.

Nuestra Señora del Monte Carmelo


El Carmelo es una cadena montañosa de Israel que, partiendo de la región de Samaria, acaba por hundirse en el Mar Mediterráneo, cerca del puerto de Haifa. Esta altura tiene un encanto peculiar. Es diferente del Monte Nebo, en Jordania, del macizo del Sinaí y del Monte de los Olivos en Jerusalén. Todas las montañas palestinas tienen sus recuerdos teofánicos (es decir de las manifestaciones de Dios), que las convierten en cumbres sagradas y místicas. Pero ninguna tan sugestiva como el Monte Carmelo. ¿Por qué San Juan de la Cruz lo tomó como el símbolo de la ascensión mística? Seguramente se le sugirió el nombre de su propia Orden Carmelitana. Pero sin duda había alguna intención más profunda que la hacía simpatizar con el misterio de la sagrada montaña del profeta Elías. Una tradición piadosa sostiene que, desde los días de los profetas Elías y Eliseo, hubo en aquella zona hombres de oración que vivían en soledad la búsqueda de Dios. En el período de los Cruzados surgió entre los cristianos el deseo de vivir sobre aquella montaña de vida de entrega al Señor. Así surgió en el Carmelo la vida carmelita.

El convento del Monte Carmelo tiene un nombre evocador: "Stella Maris" (Estrella del Mar). Es un hermoso edificio cuadrangular a 500 metros de altura sobre el nivel del Mar Mediterráno en la ciudad de Haifa. El centro del convento lo ocupa el santuario de la Virgen del Carmen. En el altar mayor de esta hermosa iglesia en cruz griega se venera la estatua de la Virgen del Carmen, obra de un escultor italiano en 1836. Debajo del altar se ve la gruta del profeta Elías. Según la tradición, éste era el lugar donde se refugiaba el profeta. Una estatua recuerda al celoso defensor de la religión de Yahwéh.

Nos cuentan los Padres Carmelitas que no ha sido fácil la permanencia católica sobre esta montaña. Bien es verdad que, en la época de los Cruzados, el patriarca latino de Jerusalén, San Alberto, pudo dar a los ermitaños del Monte Carmelo una regla religiosa el año 1212. Se cuenta que el carmelita San Simón Stock pasó por aquí antes de su célebre visión del escapulario carmelita. También subió en peregrinación a esta santa montaña el rey San Luis de Francia en el año 1254 en acción de gracias por haberse salvado de un naufragio. Con la caída de la ciudad de San Juan de Acre en 1291 vino la persecusión árabe que causó el martirio de no pocos religiosos. Después de una larga interrupción de la vida monacal en la montaña que dio ocasión para la expansión del ideal carmelitano por el Occidente, regresaron los religiosos del Carmen al Monte Carmelo por el siglo XVII.

Los marineros antes de la edad de la electrónica confiaban su rumbo a las estrellas. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar
Los Carmelitas y la Virgen del Carmen se difunden por Europa
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir la que desde tiempos remotos allí se le venera. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Llegaron incluso a llamárseles: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella a Cristo.

Los signos en la vida humana y cristiana Vivimos en un mundo con cantidad de realidades tomadas como símbolo: el rayo de luz, la llama de fuego, el agua que brota... En la vida de cada día existe también gestos que expresan y simbolizan valores más profundos: como el compartir la comida (signo de amistad), el ponerse en fila para una manifestación (signo de solidariedad), el estar todos en pie (respeto). Como hombres tenemos necesidad de signos o símbolos que nos ayuden a entender y vivir. Como cristianos tenemos a Jesús, el gran don y al mismo tiempo signo eterno del amor del Padre. El estableció la Iglesia, ella misma como signo e instrumento de su amor. E incluso utilizó pan, vino, agua para remontarnos a realidades superiores que no vemos ni tocamos: constituyó signos capaces para dárnoslas verdaderamente, es decir los Sacramentos. En la celebración de los Sacramentos los símbolos (agua, aceite, pan, imposición de las manos, anillos) expresan y operan una comunicación con Dios, que se hace presente a través de tales cosas concretas y cotidianas. Además de los signos litúrgicos, existen en la Iglesia otros signos, ligados a un acontecimiento, a una tradición, a una persona. UNO DE ESTOS ES EL ESCAPULARIO DEL CARMEN.

Origen del Escapulario En el Medioevo muchos cristianos querían unirse a las Ordenes religiosas fundadas entonces: Franciscanos, Dominicos, Agustinos, Carmelitas. Surgió un laicado asociado a ellas mediante las Confraternidades. Las Ordenes religiosas trataron de dar a los laicos un signo de afiliación y de participación en su espíritu y apostolado. Este signo estaba constituido por una parte significativa del hábito: capa, cordón, escapulario. Entre los Carmelitas se estableció el Escapulario, en forma reducida, como expresión de pertenencia a la Orden y de compartir su devoción mariana. Actualmente el Escapulario de la Virgen del Carmen es un signo aprobado por la Iglesia y propuesto por la Orden Carmelitana como manifestación del amor de María por nosotros y como expresión de confianza filial por parte nuestra en Ella, cuya vida queremos imitar. El "Escapulario" en su origen era un delantal que los monjes vestían sobre el hábito religioso durante el trabajo manual. Con el tiempo asumió el significado simbólico de querer llevar la cruz de cada día, comlos verdaderos seguidores de Jesús. En algunas Ordenes religiosas, como el Carmelo se convirtió en el signo de la decisión de vivir la vida como siervos de Cristo y de Maria.El Escapulario simbolizó el vínculo especial de los Carmelitas a María, Madre del Señor, expresando la confianza en su materna protección y el deseo de seguir su ejemplo de donación a Cristo y a los demás. Así se ha transformado en un signo Mariano por excelencia.
El Escapulario, signo mariano El Escapulario ahonda sus raíces en la larga historia de la orden Carmelita, donde representa el compromiso de seguir a Cristo como María, modelo perfecto de todos los discípulos de Cristo. Este compromiso tiene su origen lógico en el bautismo que nos transforma en hijos de Dios.

La Virgen nos enseña A vivir abiertos a Dios y a su voluntad, manifestada en los acontecimientos de la vida; A escuchar la voz (palabra) de Dios en la Biblia y en la vida, poniendo después en práctica las exigencias de esta voz; A orar fielmente sintiendo a Dios presente en todos los acontecimientos; A vivir cerca de nuestros hermanos y a ser solidarios con ellos en sus necesidades.

El Escapulario introduce en la fraternidad del Carmelo, es decir en una gran comunidad de religiosos y religiosas que, nacidos en Tierra Santa, están presentes en la Iglesia desde hace más de ocho siglos. Compromete a vivir el ideal de esta familia religiosa, que es la amistad íntima con Dios a través de la oraciòn Pone delante el ejemplo delos santos y santas del Carmelo con quienes se establece una relación familiar de hermanos y hermanas. Expresa la fe en el encuentro con Dios en la vida eterna por la intercesión de María y su protección.

jueves, 15 de julio de 2010

San Buenaventura 1221-1274


Un nombre profético
Se llamaba Juan, pero dicen que cuando era muy pequeño enfermó gravemente y su madre lo presentó a San Francisco, el cual acercó al niñito de cuatro meses a su corazón y le dijo:"¡BUENA VENTURA!"que significa: "¡BUENA SUERTE. BUEN EXITO!". Y el niño quedó curado. Y por eso cambio su nombre de Juan por el de Buenaventura. Y en verdad que tuvo buena suerte y buen éxito en toda su vida.
Un doctor muy especial

En agradecimiento a San Francisco su benefactor, se hizo religioso franciscano. Estudió en la universidad de París, bajo la dirección de famoso maestro Alejandro de Ales, y llegó a ser uno de los más grandes sabios de su tiempo. Se le llama "Doctor seráfico", porque "Serafín" significa "el que arde en amor por Dios" y este santo en sus sermones, escritos y actitudes demostró vivir lleno de un amor inmenso hacia Nuestro Señor. Los que lo conocieron y trataron dicen que todos sus estudios y trabajos los ofrecía para gloria de Dios y salvación de las almas. A sus clases concurrían en grandes cantidades gente de todas las clases sociales y sus oyentes afirmaban que mientras hablaba parecía estar viendo al invisible.Su inocencia y santidad de vida eran tales que su maestro, Alejandro de Alex, exclamaba "Buenaventura parece que hubiera nacido sin pecado original".Escrúpulos peligrosos. Él no veía en si mismo sino faltas y miserias y por eso empezó a padecer la enfermedad de los escrúpulos, que consiste en considerar pecado lo que no es pecado. Y creyéndose totalmente indigno empezó a dejar de comulgar. Afortunadamente la bondad de Dios le concedió un valor especial, y observó en visión que Jesucristo en la Santa Hostia se venía desde el copón en el cual el sacerdote estaba repartiendo la Sagrada Comunión, y llegaba hasta sus labios. Con esto reconoció que el dejar de comulgar por escrúpulos era una equivocación.Escritor famoso. Buenaventura, además de dedicarse muchos años a dar clases en la Universidad de París donde se formaban estudiantes de filosofía y teología de muchos países, escribió numerosos sermones y varias obras de piedad que por siglos han hecho inmenso bien a infinidad de lectores. Una de ellas se llama "Itinerario del alma hacia Dios". Allí enseña que la perfección cristiana consiste en hacer bien las acciones ordinarias y todo por amor de Dios. El Papa Sixto IV decía que al leer las obras de San Buenaventura se siente uno invadido de un fervor especial, porque fueron escritas por alguien que rezaba mucho y amaba intensamente a Dios.Una noticia muy alagadora. San Buenaventura fue nombrado Superior General de los Padres Franciscanos, y el Papa le concedió el título de Cardenal. Y aunque era famoso mundialmente por su sabiduría, sin embargo seguía siendo muy humilde y se iba a la cocina a lavar platos con los hermanos legos (dicen que la noticia de su nombramiento como Cardenal le llegó mientras estaba un día lavando platos en la cocina) y Fray Gil, uno de los hermanos legos más humildes, le preguntó un día: "Padre Buenaventura, ¿un pobre ignorante como yo, podrá algún día estar tan cerca de Dios, como su Reverencia que es tan inmensamente sabio?"El gran sabio le respondió: "Oh mi querido Fray Gil: si una pobre viejecita ignorante tiene más amor de Dios que Fray Buenaventura, estará más cerca de Dios en la eternidad que Fray Buenaventura". Al oír semejante noticia, el humilde frailecito empezó a aplaudir y a gritar: "Ay Fray Gil borriquillo de Dios, aunque seas más ignorante que la más pobre viejecita, si amas a Dios más que Fray Buenaventura, estarás en el cielo más cerca de Dios que el gran Fray Buenaventura". Y de pura emoción se fue elevando por los aires, y quedó allí suspendido entre cielo y tierra en éxtasis. Es que había escuchado la más halagadora de las noticias: que el puesto en el cielo dependerá del grado de amor que hayamos tenido hacia el buen Dios.

La simpatía de San Buenaventura

Este gran doctor, que por 17 años fue Superior General de los Padres Franciscanos y recorrió el mundo visitando las casas de su comunidad y animando a todos a dedicarse a la santidad, y que fue el hombre de confianza del Sumo Pontífice para resolver muchos casos difíciles, y que dirigió en nombre del Papa el Concilio de Lyon y tuvo el honor de que la oración fúnebre el día de su entierro la hiciera el mismo Sumo Pontífice, tenía una cualidad especialísima: una exquisita bondad en su trato, una amabilidad que le ganaba los corazones, un modo conciliador que lo alejaba de los extremos, de la extrema rigidez que amarga la vida de los otros y de la relajación que deja a todos seguir por el camino del mal sin corregirlos. Sus virtudes preferidas eran la humildad y la paciencia, y la meditación frecuente en la pasión y muerte de Cristo lo llevaba a esforzarse por cumplir aquel consejo de Jesús: "Aprended de mi que soy manso y humilde de corazón". Su crucifijo lo tenía totalmente desgastado de tanto besarle las manos, los pies, la cabeza y la herida del costado. Su amor a la Virgen María era intenso y por todas partes recomendaba el rezo del Angelus (o de las tres Aves Marías).Un santo elogia a otro santo. A San Buenaventura le recomendaron que escribiera la biografía de su gran protector San Francisco de Asís (la cual resulto muy hermosa) y dicen que cuando estaba redactándola, llegó a visitarlo el sabio más famoso de su tiempo, Santo Tomás de Aquino, el cual al asomarse a su celda y verlo sumido en la contemplación y como en éxtasis, exclamó: "dejemos que un santo escriba la vida de otro santo", y se fue. Así que estos dos sabios tan famosos no se trataron en vida pero se admiraron mutuamente.Muerte solemne. En el año 1274 se celebro el concilio de Lyon (o reunión de todos los obispos católicos del mundo). Terminando el Concilio con gran éxito, todo dirigido por San Buenaventura, por orden del Sumo Pontífice, el santo sintió que le faltaban las fuerzas, y el 15 de julio de 1274 murió santamente asistido por el Papa en persona. Todos los obispos del Concilio asistieron a sus funerales y caso único en la historia, el Santo Padre ordenó que todos los sacerdotes del mundo celebran una misa por el alma del difunto.Un elogio muy especial. El Papa Inocencio V predicó la homilía en el entierro de San Buenaventura y dijo de él: "Su amabilidad era tan grande que empezar a tratarlo era quedar ya amigos de él para siempre. Y su unción al predicar y escribir era tan admirable, que escucharlo o leer sus escritos, era ya empezar a sentir deseos de amar a Dios y conseguir la santidad". Bello elogio en verdad.

EL HOGAR DE LAS ABUELAS

Para comenzar a mostrarles todas las areas de la Fundación, empezaremos por el Hogar de las Abuelas "P.Modesto". Lo hacemos a través de una reflexión del Documento de Aparecida 9.4
El bien de los ancianos n° 447: El reconocimiento de la presentación en el templo (Lc 2, 41-50) nos pone ante encuentro de generaciones: los niños y los ancianos. El niño que se asoma a la vida, asumiendo y cumpliendo la Ley, y los ancianos, que la festejan con el gozo del Espíritu Santo. Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de sus vidas.

n°448: El respeto y la gratitud de los ancianos debe ser testimoniado en primer lugar por su propia familia. La Palabra de Dios nos interpela de muchas maneras a respetar y valorar a nuestros mayores y ancianos. Incluso nos invita a aprender de ellos con gratitud, y a acompañarlos en su soledad y fragilidad. La frase de Jesús: "a los pobres los tienen siempre con ustedes y pueden socorrerlos cuando quieran" (Mc 14, 7), bien puede entenderse de ellos, porque forman parte de cada familia, pueblo y nación. Sin embargo, a menudo, son olvidados o descuidados por la sociedad y hasta por sus propios familiares.

miércoles, 14 de julio de 2010

San Camilo de Lelis (1550-1614)



Fundador de los Siervos de los enfermos.
Patróno de los enfermos, profesionales de la salud y hospitales.
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Encontró a Jesucristo en los enfermos pobres, a los que amaba y servía con todo su corazón. Su congregación cuidaba de los enfermos y contribuyó en el saneamiento de Roma y otras ciudades. Enseñaban como prevenir y cuidar las enfermedades. Consideraron la función de la dieta en la salud y enseñaron el sistema de organizar a los enfermos por pabellones. Todo movido por amor a Cristo. San Camilo está enterrado en la Iglesia de Sta. María Magdalena, Roma.
La vida de Camilo constituye un claro ejemplo de la manera cómo Dios sabe transformar, con la libertad y la voluntad que Él nos da, una existencia destinada al fracaso en una auténtica floración de virtudes. Nació en Bucchianico, en la costa del Adriático, en el día de Pentecostés, del Año Santo 1550. Fue hijo único, y ya tardío, y quien vino a llenar de alegría el hogar.

Camilo tenía un carácter duro. Se enroló en el ejército veneciano para luchar contra los turcos pero pronto contrajo una enfermedad en la pierna que le hizo sufrir toda su vida, tenía una llaga que no le acababan de diagnosticar. En 1571 ingresó como paciente y criado en el hospital de incurables de San Giacomo, en Roma. Nueve meses después fue despedido a causa de su temperamento y volvió a ser soldado contra los turcos, arriesgando su vida y los bienes los pierde con el juego.

Un día, mientras caminaba de un convento a otro, sintió la llamada de Dios y cayó en el suelo llorando reconociendo sus faltas y se encomendó a la misericordia de Dios. La conversión tuvo lugar en 1575, a sus 25 años de edad. Desde entonces comenzó una nueva vida de completo amor a Jesucristo. Ingresó a los capuchinos pero la enfermedad de su pierna impidió su profesión. Entonces volvió al hospital de San Giacomo donde se consagró al cuidado de los enfermos. Al cabo de un tiempo llegó a ser superintendente del hospital, sirviendo como con ejemplar caridad. Los hospitales de la época empleaban a personas sin dedicación hacia los enfermos. Esto llevó a Camilo a fundar una asociación de personas deseosas de consagrarse, por caridad, al cuidado de los enfermos

Después de consultar con su confesor, San Felipe Neri, en 1584 decidió recibir las órdenes sagradas. Con dos compañeros comenzó la nueva congregación, los Siervos de los Enfermos, observando una regla común. Iban cada día al gran hospital del Espíritu Santo para asistir a los enfermos. Lo hacían con tanto amor como si curasen las heridas de Cristo. Los preparaban para recibir los sacramentos y morir en las manos de Dios. El Papa Sixto V les aprueba como sociedad sin votos, para dedicarse a los enfermos. Camilo tuvo muchos conflictos, externos e internos, en su tarea. Pero mantuvo siempre el carisma: SERVIR A CRISTO EN LOS ENFERMOS.
San Camilo sufrió mucho toda su vida. Padeció por 46 años por su pierna, que además tuvo fracturada desde sus 36 años. Tenía también dos llagas muy dolorosas en la planta del pie. Desde mucho antes de morir padeció de nauseas y apenas podía comer. Con su herida, con una hernia, con dos forúnculos, con un débil estómago, pasaba horas largas con los enfermos, cuidándoles como una madre, ayudándoles a bien morir, olvidándose de sí mismo, sin apenas comer ni dormir. Así vivía su sacerdocio.

Consideraba el servicio a los enfermos como una acción litúrgica. Tomaba en sus brazos al enfermo como si manejara el cuerpo de Cristo. Acariciaba el rostro del enfermo como si fuera el sagrado rostro del Señor.

Totalmente agotado, cayó enfermo de gravedad. El 14 de julio de 1614 volaba al cielo "su patria", como él decía. Benedicto XIV lo canonizó en 1746. Junto con San Juan de Dios, es patrono de los enfermos y enfermeros.

lunes, 12 de julio de 2010

PAZ



El fruto del silencio es la oración.

El fruto de la oración es la fe.

El fruto de la fe es el amor.

El fruto del amor es el silencio.

El fruto del servicio es la paz.


domingo, 11 de julio de 2010

Vida de San Benito

San Benito nació de familia rica en Nursia, región de Umbrí­a, Italia, en el año 480. Su hermana gemela, Escolástica, también alcanzó la santidad.

Después de haber recibido en Roma una adecuada formación, estudiando la retórica y la filosofí­a.
Se retiró de la ciudad a Enfide (la actual Affile), para dedicarse al estudio y practicar una vida de rigurosa disciplina ascética. No satisfecho de esa relativa soledad, a los 20 años se fue al monte Subiaco bajo la guí­a de un ermitaño y viviendo en una cueva.

Tres años después se fue con los monjes de Vicovaro. No duró allí­ mucho ya que lo eligieron prior pero después trataron de envenenarlo por la disciplina que les exigí­a.

Con un grupo de jóvenes, entre ellos Plácido y Mauro, fundo su primer monasterio en en la montaí±a de Cassino en 529 y escribió la Regla, cuya difusión le valió el tí­tulo de patriarca del monaquismo occidental. Fundó numerosos monasterios, centros de formación y cultura capaces de propagar la fe en tiempos de crisis.

Vida de oración disciplina y trabajo
Se levantaba a las dos de la madrugada a rezar los salmos. Pasaba horas rezando y meditando. Hacia también horas de trabajo manual, imitando a Jesucristo. Veí­a el trabajo como algo honroso. Su dieta era vegetariana y ayunaba diariamente, sin comer nada hasta la tarde. Recibí­a a muchos para dirección espiritual. Algunas veces acudí­a a los pueblos con sus monjes a predicar. Era famoso por su trato amable con todos.Su gran amor y su fuerza fueron la Santa Cruz con la que hizo muchos milagros. Fue un poderoso exorcista. Este don para someter a los espí­ritus malignos lo ejerció utilizando como sacramental la famosa Cruz de San Benito.

San Benito predijo el dí­a de su propia muerte, que ocurrió el 21 de marzo del 547, pocos dí­as después de la muerte de su hermana, santa Escolástica. Desde finales del siglo VIII muchos lugares comenzaron a celebrar su fiesta el 11 de julio.

sábado, 10 de julio de 2010

DOMINGO 15° DURANTE EL AÑO

EL BUEN SAMARITANO
Lucas 10, 27-37

Cuando comenzamos a explicar el Evangelio de Lucas dijimos que éste era el evangelio de la misericordia de Dios. Jesús era el Salvador de todos y nos salvaba-no de su poder, o el tener-sino desde la misericordia.

La parábola del buen samaritano es el lugar donde podemos encontrar a Jesús de la manera más genuina con el Señor de la misericordia y la ternura.

Jesús no debía de hablar demasiado de la otra vida, de la “vida eterna”, cuando tanto un jurista como un dirigente le formulan (uno para atraparlo, el otro para alabarlo) la misma pregunta: ¿Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? Quienes no quieren comprometerse con el hermano necesitado son muy propensos a hablar de la vida eterna.

Este pasaje tan conocido, tan claro y directo, es fundamental para captar la nueva experiencia religiosa que nos trae Jesús:

El amor a Dios y al prójimo no puede separarse. El que no ama al prójimo no tiene verdadera experiencia religiosa. El que no ama al prójimo de forma práctica, no ama a Dios

Jesús cambia completamente nuestra idea sobre quién es mi prójimo. El jurista le pregunta: ¿Quién es mi prójimo? Y Jesús da vuelta a la pregunta, preguntando a su vez: ¿Quién de los tres se hizo prójimo del herido? Nos dice que prójimo no es para mí el otro, sino que prójimo soy yo, cuando me acerco al otro y le ayudo. El problema no está en saber quién es mi prójimo, sino en hacerse prójimo.

Jesús nos dice de quién debemos hacernos prójimos en primer lugar. Es decir, a quién debemos acercarnos y ayudar ante todo. La respuesta es clara: al caído, al herido, al que sufre violencia, al despojado de sus derechos de persona, no importa su nombre, ni su país, ni su edad, ni su religión. Nosotros decimos: Primero, los de la casa. Jesús, sin negar que debamos hacernos prójimo de los de casa, propone otro ejemplo: Un hombre asaltado, uno cualquiera que, por no tener ni nombre ni patria, personifica a la humanidad. Son, pues, dos cambios revolucionarios: uno, en el concepto de prójimo; otro, en el orden de preferencia.

Jesús hace una dura crítica de la religiosidad sin prójimo. La dureza de esta crítica aparece en los personajes que elige: un sacerdote y un levita. Ambos son representantes oficiales de la religión, preocupados por el templo, el culto y el servicio legal a Dios. Quizás puedan justificar su conducta, “su rodeo”, en la observancia de leyes para no caer en impureza legal. Pero Jesús los descalifica. Estar oficialmente al servicio de Dios y pasar de largo ante la persona necesitada es no entender el mandato de Dios, es pasar de largo ante lo que hay que hacer para tener vida. La religiosidad sin prójimo tergiversa el mandamiento de Dios; es falsa.

Jesús abre la puerta de la vida a los extranjeros, a los heterodoxos y mal vistos que ayudan al necesitado. La persona elegida como modelo de lo que hay que hacer para tener vida es una provocación para el jurista y para todos los judíos religiosos. El samaritano es el símbolo del hereje, del proscrito, tanto que el jurista no se atreve a pronunciar la palabra maldita (“el samaritano”) y responde “El que tuvo compasión de él”

Queda claro qué es lo que hay que hacer para tener vida. Hacerse prójimo del necesitado; es decir, tener compasión, detener el viaje de los negocios propios, dar de lo que uno tiene, tomar partido por quienes tienen sus derechos pisoteados, implicar a otros… No hay excusa ni escapatoria. Jesús remacha el clavo: “Pues anda, haz tú lo mismo”. Quien se hace prójimo del pisoteado, del herido, tiene vida asegurada.

Reflexiones para hoy
Los cristianos no acabamos de superar la visión “judía” de la vida. Nuestros criterios, actuaciones y reacciones no responden al proyecto de vida querido por Jesús, ni se inspiran en su mensaje. Por eso, después de veinte siglos, seguimos haciendo la misma pregunta equivocada de aquel jurista de Israel: ¿Quién es mi prójimo? Porque también nosotros vemos con claridad que hay hombres y mujeres cercanos a nosotros a quienes hay que amar y ayudar. Son las personas que llevan nuestra misma sangre, coinciden con nosotros, están en la misma comunidad, piensan igual… “Son de los nuestros”. Pero, ¿qué decir de tantos hombres y mujeres que no lo son? Nos parece normal, en la medida en que las personas nos resultan extrañas, lejanas y distantes, que disminuyan nuestras obligaciones para con ellas. Por eso, a la hora de adoptar ante los demás una postura, seguimos haciendo dos categorías diferentes de prójimo. Y respondemos diferente según sea su ideología, su cultura, su lugar de nacimiento, su color, su cercanía… incluso hemos querido bautizar nuestra postura diciendo que la caridad bien entendida empieza por uno mismo y por los suyos. La parábola del buen samaritano dice que Jesús entendía las cosas de otra manera.

Por eso, antes de discutir qué es lo que creemos cada uno o qué ideología defendemos, hemos de preguntarnos a qué nos dedicamos, a quién amamos y qué hacemos por estos hombres y mujeres que necesitan la ayuda de alguien cercano. No basta buscar la voluntad de Dios de cualquier manera, sino buscarla siguiendo muy cerca las huellas de Jesús. La cuestión para tener vida no está en si alguien busca a Dios o no, sino en si lo busca dónde El mismo dijo que estaba.

Ahora bien, según Jesús, sólo hay una manera de “tener vida”. Y no es la del sacerdote y levita que ven al necesitado y “dan un rodeo” para seguir su camino, sino la del samaritano, que detiene el viaje, los negocios propios para ayudar al que está necesitado.

Ojo a nuestras caridades
La parábola establece, además otras precisiones. El amor al prójimo es, en primer lugar, auténtico amor humano, que se conmueve ante la persona maltratada y herida. Y por eso mismo se concreta en una iniciativa que es acción inteligente y eficaz: “curó personalmente las heridas, lo llevó a una posada y pagó para que lo atendieran debidamente”. El amor al prójimo, y en la misma medida el amor a Dios del que es expresión inseparable, se realiza en la práctica. Dirigiéndose al maestro de la Ley Jesús concluya con un tajante (o suave y sibilino): “Anda, haz tú lo mismo”. Es la acción solidaria.

No es oro todo lo que reluce
Muchos de los proyectos del estado del bienestar se están llevando adelante con criterios principalmente económicos, comerciales y políticos. Esa dinámica poco social y solidaria, tiende a abandonar irremediablemente en el borde del camino a los más débiles e indefensos. Más que primicias del Reino, presentamos y ofrecemos clubes de ricos, en donde no hay sitio para los pobres, humildes y extranjeros. Buscamos nuestro bienestar, no el de otros, aunque relatemos las migajas del banquete que “generosamente” les ofrecemos.