domingo, 20 de junio de 2010

Día del Padre

Escuchen , hijos míos, a su padre, háganlo y se salvaran.
Porque el Señor quiere que el padre sea respetado por los hijos
y afirma la autoridad de la madre sobre ellos.
El que honra a su padre alcanza el perdón de sus pecados,
el que respeta a su madre amontona tesoros;
el que honra a su padre se alegrará de sus hijos,
y cuando rece, será escuchado;
quien honra a su padre tendrá larga vida,
quien obedece al Señor honra a sus padres
y sirve a los que lo engendraron.
De palabra y de obra honra a tu padre
y vendrán sobre ti todas clases de bendiciones;
la bendición de la madre arranca lo plantado.
No busques honra en humillación de tu padre,
porque no sacarás honra de ella;
la honra de un hombre es la honra de su padre,
y la deshonra de la madre es vergüenza de los hijos.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre,
no lo abandones mientras viva;
aunque su inteligencia se vaya debilitando, sé comprensivo;
no lo hagas avergonzar mientras viva.
La ayuda que diste a tu padre no se olvidará,
será tenida en cuenta para pagar tus pecados;
el día del peligro Dios se acordará de ti
y disolverá tus pecados como el calor la escarcha.
Quien desprecia a su padre es un blasfemo,
quien insulta a su madre es maldecido por su Creador.

Eclesiástico 3, 1-16


Para los papás miembros de la Fundación, del voluntariado y todos los que colaboran, el Señor los colme de bendiciones en su día.


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