martes, 10 de agosto de 2010

SAN LORENZO, DIACONO Y MARTIR


Era San Lorenzo uno de los siete diáconos de la Iglesia de Roma, cargo que gran responsabilidad, ya que consistía en el cuidado de los bienes de la Iglesia y la distribución de limosnas a los pobres.

El año 257, el emperador Valeriano publicó el edicto de persecución contra los cristianos y, al año siguiente, fue arrestado y decapitado el Papa san Sixto II, San Lorenzo le siguió en el martirio cuatro días después.

Según las tradiciones cuando el Papa San Sixto se dirigía al sitio de la ejecución, San Lorenzo iba junto a él y lloraba. "¿A dónde vas sin tu diácono, padre mío? ", le preguntaba. El Pontífice respondió: "No pienses que te abandono, hijo mío, pues dentro de tres días me seguirás".

San Agustín dice que el gran deseo que tenía San Lorenzo de unirse a Cristo, le hizo olvidar las exigencias de la tortura. También afirma que Dios obró muchos milagros en Roma por intercesión de San Lorenzo.

Este santo ha sido, desde el siglo IV, uno de los mártires más venerados y su nombre aparece en el canon de la misa. Fue sepultado en el cementerio de Ciriaca, en Agro Verano, sobre la Vía Tiburtina. Constantino erigió la primera capilla en el sitio que ocupa actualmente la iglesia de San Lorenzo extra muros, que es la quinta basílica patriarcal de Roma.

1 comentario:

Elba B. Amoruso dijo...

Es interesante conocer como paralelamente a la historia de algunos santos, -en este caso San Lorenzo- el imaginario popular tejió leyendas que perduran a través de los siglos.
La noche del 10 de agosto, cada año, los ojos miles de personas, sobre todo italianos, se dirigen esperanzados al cielo para poder divisar el vuelo de una estrella fugaz. Según la leyenda, las estrellas fugaces son las lágrimas del santo derramadas durante su suplicio, que vagan eternamente por los cielos y bajan a la tierra solamente el día en que Lorenzo murió, creando de ese modo, una atmósfera mágica y llena de esperanza. Es por eso que se cree que se harán realidad los deseos de todos los que al ver una estrella fugaz recuerden el martirio del santo.
Científicamente, este espectacular fenómeno – también llamado “el llanto de las estrellas”- tiene una explicación: se trata de las Perseidas, es decir, meteoritos que parecen provenir de la constelación de Perseo. Además, este año 2010, se da, al mismo tiempo, una singular alineación planetaria: la conjunción de los planetas Marte, Venus, Saturno y debajo de ellos, Mercurio.
Los astrónomos aseguran que esta semana, la lluvia de estrellas se podrá apreciar con mayor intensidad la noche del 12 al 13 de agosto.

Elba B. Amoruso