En el cuarto misterio luminoso se contempla la Transfiguración del Señor
"Y sucedió que, mientras Jesús estaba orando, cambió el aspecto de su rostro, y su ropa se volvió de una blancura resplandeciente...De la nube salió una voz, que dijo: "Éste es mi Hijo amado, mi elegido. Escuchadle a Él"". (Lc 9, 29.35)
Oh Dios, que en la Transfiguración de tu Unigénito confirmaste los misterios de la fe con el testimonio de los profetas, y prefiguraste maravillosamente nuestra perfecta adopción como hijos tuyos; concédenos, te rogamos que, escuchando siempre la palabra de tu Hijo, el predilecto, seamos un día coherederos de su gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
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